Parafraseando una conocida expresión puede decirse que detrás de un descubrimiento importante se esconde siempre un gran colectivo de personas. Hay mucho esfuerzo, mucha dedicación y mucho sacrificio y desde luego, una ilusión enorme que comienza en los propios vecinos de Arnao, vecinos como José Luis Badallo, siempre atento a velar por los recuerdos de su pueblo; antiguos vecinos como Ángel Muñiz, que no cesa de colaborar en las distintas iniciativas del Museo y que me ayudó a transportar los materiales desde el acantilado, una tarea muy dura, al lado de otros muchos que han ido apareciendo en las noticias de nuestro facebook. Ilusión que nos inspira igualmente a los distintos miembros del equipo de gestión de Sadim, a las autoridades y el personal del ayuntamiento de Castrillón y a amigos que, como en este caso Javier Fernández, director del Museo del Ferrocarril, y el ingeniero Juan Antonio Peláez, se muestran siempre dispuestos a cooperar generosamente.

Por ello, lo que en último extremo puede reducirse a un breve titular periodístico o a unos segundos televisivos es, en realidad, el fruto de un trabajo inmenso. En nuestras investigaciones de Arnao estamos aplicando un protocolo científico riguroso y la recuperación de un testimonio tan importante requería igualmente de este celo.

Desde que pude realizar la excavación de urgencia, se documentó con metodología arqueológica los testimonios y se plantearon las hipótesis iniciales hasta que las primeras apreciaciones han salido a la luz, ha transcurrido un largo y paciente proceso de estudio. Guillermo y yo realizamos una labor constante para precisar con el máximo detalle y rigor la cronología, asesorados por Javier y Juan Antonio, con quienes cruzábamos datos, bibliografía sobre ferrocarriles e ideas.

Revisamos las cartas originales de los primeros ingenieros, investigaciones españolas y extranjeras, estudios sobre minería belga de la época, viajamos y empleamos en todo ello nuestros recursos personales. Guillermo revisó documentación del IGME de Madrid, yo llegué a comprar en librerías belgas estudios punteros del período histórico que nos ocupa. Ambos hemos pasado horas después del cierre del Museo revisando los planos de labores y contrastando los datos arqueológicos y escritos o las huellas en la fotografía aérea de las antiguos trabajos mineros, un trabajo que continuamos haciendo.

Paralelamente, la arqueóloga y restauradora Noelia Fernández daba inicio a los primeros tratamientos del carril y las traviesas. Se han sacado muestras para antracología, lo que permitirá conocer con exactitud el tipo de árbol empleado.

En los días previos a la presentación pública del hallazgo, se procedió a musealizar temporalmente el camino de hierro para que fuese conocido por el público antes de que en poco tiempo se retire para su restauración. La idea del montaje era sencilla y respetuosa. Con la inestimable participación de los carpinteros municipales y siguiendo las medidas de la excavación arqueológica, se reprodujeron aproximadamente las características de las traviesas y del sistema de amortajamiento del carril. Al lado del camino de hierro primitivo se reprodujo la segunda generación de caminos de hierro de Arnao, con el carril tipo Vignole sobre las traviesas, emulando su paso por terrenos arenosos, tal como se describe en las fuentes de la época.

Este espacio de interpretación fue delimitado mediante un cierre que emplea materiales tradicionales: postes de madera, pies de metal y cuerdas de cáñamo. En la preparación de este cierre hemos de agradecer nuevamente la ayuda de Ángel Muñiz.

Ahora, Guillermo y yo estamos impulsando un proyecto de excavación arqueológica y análisis histórico. Nuestra ilusión no puede ser mayor. Parte del camino de hierro, desde luego, permanece sellado bajo un potente nivel de arcillas y piedras, en una zona que requiere de una intervención más larga y compleja y que corre el riesgo de nuevos desprendimientos y de desaparición de estos testimonios, por lo que esta operación de “rescate patrimonial” se hace perentoria.

De momento, Guillermo y yo, en nombre del equipo del Museo, deseamos agradeceros a tod@s vuestro constante apoyo y participación en esta tarea colectiva que es recuperar y preservar la memoria de Arnao, un lugar que nos une emocionalmente y en el que aún permanecen por descubrir muchas respuestas sobre nuestro pasado común.

MUCHAS GRACIAS A TOD@S.